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¿Cómo distinguir la calidad del jamón ibérico?

¿CÓMO DISTINGUIR LA CALIDAD DEL JAMÓN IBÉRICO ?

La calidad del Jamón Ibérico

Es evidente que en el tema del jamón, y sobre todo en el jamón ibérico, existen muchas dudas que el público en general tiene a la hora de saber la verdadera calidad de éste producto.

En primer lugar, la calidad del jamón ibérico viene dado por dos parámetros. Uno la pureza de raza del cerdo ibérico  y dos, el tipo de alimentación.

Respecto a la pureza de raza, el jamón ibérico puro de bellota viene de un cerdo 100% ibérico (padre y madre). Este ha sido alimentado con bellota.

El cerdo Ibérico

Los cerdos Ibéricos Puros de Bellota (100%) son muy pocos, en 2013 sobre el 6,3%, y en 2014 el 6,6% del total. Son cerdos muy diferentes a los cerdos cruzados (madre ibérica y padre Duroc), las principales diferencias es que son cerdos más pequeños y cerdos más rústicos que los cruzados y en consecuencia el jamón resultante es completamente diferente. 

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LA REGLAMENTACIÓN SOBRE EL JAMÓN IBÉRICO

LA REGLAMENTACIÓN SOBRE EL JAMÓN IBÉRICO

Reglamentación sobre el Jamón Ibérico

La Nueva Normativa del Jamón Ibérico aprobada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (“MAPA”).  La normativa es del Real Decreto 4/2014 del 10 de Enero de 2014 trata de diferenciar aspectos sobre la pureza de la raza, la alimentación, su cría, etc..

A partir de  ahora solo habrá 3 categorías para el jamón Ibérico, aunque se hace extensible a las paletas y lomos: Jamón Ibérico 100% Bellota, Jamón Ibérico Cebo de campo y Jamón Ibérico de Cebo. De este modo se elimina la anterior categoría denominada recebo y se prohíbe el término “ibérico puro” en el etiquetado.

La nueva normativa también fija la edad mínima que debe tener el cerdo antes de ser sacrificado, siendo la edad mínima para un cerdo ibérico bellota de 14 meses, para el cebo de campo de 12 meses y de 10 meses para el de cebo.

Más novedades en el etiquetado del Jamón

En el etiquetado se establece la obligatoriedad de indicar el % de raza ibérica, cuando se trate de animales 100% ibérico, y en lugar destacado el % en los demás casos. También el término “pata negra” sólo podrá utilizarse en jamones y paletas de bellota 100% ibéricos. Del mismo modo los símbolos o nombres relacionados con la bellota, montanera o la dehesa quedarán reservados a la designación “bellota”.

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¿Que vino tomar en verano

El vino en verano

¿Que vino tomar en verano?

A medida que pasa el tiempo, el viejo tópico de que los vinos no son para el verano va desapareciendo. Tampoco podemos afirmar, sobre todo cuando se trata de  los vinos tintos de guarda, que sea la época de mayor consumo. Pero que pasa, ¿Qué no se comen carnes rojas, asados, etc. en verano?

Por supuesto que sí, algo menos que en otras estaciones del año, pero también se consumen. Por consiguiente el descenso del consumo de vinos de guarda en verano tiene que ver, evidentemente por la temperatura. El calor del verano no invita demasiado, también ese calor hace que nuestra alimentación varíe y prefiramos alimentos más ligeros, menos calóricos, etc.

Pero el vino no se acaba con los vinos tintos de guarda (considerados de gran calidad), dentro de los vinos tintos, tenemos los vinos jóvenes sin taninos, muy frutales y aromáticos y que se pueden beber más frescos (entre 13 y 14º).  Dentro de estos destacan y recomendamos los llamados de “maceración carbónica”.

Pero hablando de vinos y de verano nuestra cabeza inmediatamente se va en busca de vinos blancos y rosados (con o sin aguja), vinos espumosos o cualquier otra expresión. Veamos cada una de las opciones:

Vino blanco

Se recomienda tomar entre 8 y 10 grados, ya que de otro modo perderíamos todas las propiedades propias del vino. Con mayor temperatura, subirá la sensación de alcohol, y con menor temperatura dejarán de intuirse los aromas. Aunque también sabemos que en verano y con calor, solemos tomarlos más fríos de esta recomendación.

Vino rosado

Entre 10 y 12 grados, para que pueda mantener los aromas de crianza tan propios de un buen vino rosado.

Vino espumoso (blancos y rosados)

Los vinos espumosos como el cava, el champán u otros vinos internacionales con carbónico deben servirse fríos, a 7 grados.

Vino de aguja (blancos y rosados)

Con menor cantidad de carbónico que el espumoso, a veces solo la producida durante la fermentación y otros añadida al final, pero que en verano son muy consumidos.

También podemos incluir a ese grupo de vinos denominados “frizzante” que no llegan a ser espumosos pero con más carbónico que los de aguja, del tipo lambrusco y parecidos, que tan buena aceptación han tenido.

¿El vino y el verano van de la mano?

Todos sabemos lo atractivas que resultan las copas de un vino blanco o rosado fresco en esas tardes de verano que parecen no acabar nunca e incluso lo bien que sientan los tintos jóvenes de maceración carbónica a buena temperatura. Eso sí, no debemos olvidar que las copas no deben llenarse en demasía para evitar que se calienten antes de tiempo, es mejor menos cantidad e ir reponiendo de la botella que estará en su cubitera con  hielo y agua. Tampoco debemos olvidar que en verano muchas veces, tomamos el vino demasiado frío, lo cual nos impedirá apreciar todos sus aromas, lo que ocurre que en días de excesivo calor la gente lo agradece. Sin embargo en nuestra opinión sería más recomendable ser respetuoso con las temperaturas de los vinos y para paliar ese calor tomar otra bebida que nos quite la sed, es decir “agua”. E incluso hay mucha gente que prefiere tomarse primero una cerveza bien fresca y dejar el vino para la comida.

Otro error muy común es renegar del vino combinado con otras bebidas, dígase tinto con gaseosa, limón, sangrías, etc. tan consumidas por gente joven. En nuestra opinión, además de que es innegable lo refrescante que son en verano, es una manera de acercar al mundo del vino a esa población que de otra manera le costaría llegar a conocerlo.

El vino azul que sabes de el…

El llamado vino azul, en el que destaca “Gik Blue Wine” es 100% vino con un color azul índigo y un sabor dulce muy agradable con un proceso de elaboración que consta de:

  1. Mezclamos uvas tintas y blancas
  2. Añadimos un pigmento de la uva: Antocianina
  3. Añadimos otro pigmento: Azul índigo (responsable del color)
  4. Añadimos edulcorantes alimentarios no calóricos.

 

Como conclusión podemos decir que el verano, el calor, etc. no deben apartarnos del vino. El vino mola por sí solo, es puro placer.  Una vez vistos y aplicados estos consejos, sólo debemos saber qué tipo de vino beber  en cada momento y como decimos siempre “en buena compañía”.