Origen del Vino Espumoso

¿Cuáles son los orígenes de los vinos espumosos?

La tradición atribuye la invención del vino espumoso al fraile benedictino Pierre Perignon, (conocido como Dom Perignon). Pese a ser una historia no exenta de una cierta dosis de leyenda. En realidad, no podemos atribuirle la invención, ya que hay motivos para pensar que esto de las burbujas venia de antes. En el siglo XIV ya había referencias escritas sobre vinos frisantes, de la pluma del teólogo franciscano Francesc Eiximenis (Girona 1327/32- Perpiñán 1409). El descriptor organoléptico utilizado en uno de sus tratados (Lo Crestià) nos induce a pensar en la presencia de carbónico en el vino. Incluso muchos siglos antes, el poeta romano Publio Virgilio Marón (70-19 aC) ya conocía los vinos espumosos. Ambos autores describen unos vinos que producían un cosquilleo en el paladar y una sensación de frescor en boca. Pero parece que su obtención era más fruto del azar que de otra cosa. También en el s. XV en el sur de Francia tenemos conocimiento de vinos como el Blanquette de Limoux, al que se considera como una de los primeros vinos espumosos.

La evolución del vino espumoso

Vino EspumosoPero lo que no podemos negar al monje benedictino del s. XVII es el mérito de su estudio y la descripción de la elaboración de este vino conocido como “vino diablo” “salta tapones” o “rompe botellas”. Así como los éxitos de haber mejorado la técnica de preparación mediante el cupado y haber contribuido a la mejor conservación de la espuma con dos innovaciones: el tapón de corcho y la botella de vidrio. Este monje benedictino ciego asistió sorprendido al milagro de una segunda fermentación carbónica en la propia botella y la transmutación del vino en un nuevo y peculiar producto del que tenía un vago conocimiento, sólo de oídas.

Mejorando la técnica del vino espumoso

Del mismo modo, que debemos agradecer ya en el s. XIX, a la Grande Damme, la viuda de Clicquot la invención del “pupitre” y el “degüelle” determinante para el removido y eliminación de lías de la segunda fermentación e incluso los primeros champagnes rosados. Muy importante fueron también otros apellidos ilustres de origen alemán como Bollinger, Roedere, Krug que cambiaron el tipo de producción artesanal a industrial de este gran vino. Y como olvidarnos de Louis Pasteur tan determinante en el vino moderno con sus estudios sobre la fermentaciones.
En consecuencia, se puede hablar desde entonces del nacimiento de los que hoy conocemos como el Champagne y el método con que se elabora como “Método Champagnoise”.

El gran éxito de este vino y su gran aceptación, a nivel mundial, hizo que productores de todo el mundo copiaran el método, y hasta inventaron otros, para fabricar vinos espumosos.

Incluso muchos llegaron a copiar el nombre, Champagne, sin embargo, hoy día, ningún productor de vino espumoso de calidad, usa el término “Champagne”, ni siquiera “Champaña”, para nombrar sus vinos ya que está prohibido. Sólo se puede llamar “Champagne” al vino espumoso que se elabora en la región francesa del mismo nombre y el método de elaboración “Champagnoise” tampoco, sólo ellos. Tienen Denominación o Appelation de Origen Controlada (A.O. C).

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