Historia del Caviar
Si hablamos del Caviar debemos referirnos al pez prehistórico del que se obtienen las huevas, “el esturión” (existe desde hace más de 250 millones de años) y solo se encuentra en el hemisferio norte. Estos peces pasan la mayor parte de su vida en aguas salobres o saladas, pero, al igual que el salmón, regresan a agua dulce para desovar. La diferencia estriba en que el esturión puede desovar en múltiples ocasiones durante su vida, la cual puede ser superior a los 100 años.
Los primeros registros escritos sobre el consumo de caviar datan del siglo XII.
La industria del caviar empezó en Eurasia y alrededor del Mediterráneo. Y es que en un primer momento los pescadores vendían el pescado y se quedaban con los despojos entre ellos las huevas. La cuales salaban abundantemente, envolvían en paños y enterraban a orillas del mar como método de conservación. Más tarde comenzarán a envasarlo en barriles de madera lo que permitía una mejor conservación.
¿Cuando le llego la fama al Caviar?
De lo anteriormente citado surge todo, pero este manjar de pescadores tendrá que esperar mucho tiempo para convertirse en lo que representa hoy en día. Tras varios intentos fallidos será después de la Revolución Francesa con el nacimiento de la “Restauración” cuando será conocido y adaptado por los cocineros franceses. Pero será ya en el siglo XX cuando llegue su fama mundial (sobre todo gracias a la familia Petrosian que hoy en día sigue manejando más del 60% del negocio). Pues bien, de la mano de esta familia, este producto tan arraigado en la sociedad noble rusa pasó a los círculos y saraos de cierta alcurnia europeos como un producto novedoso y exótico.
Los millonarios fueron los clientes preferidos, este nuevo producto, al ser tan caro les hacía diferentes y daba estatus. Desde entonces se le considera el manjar rey de la buena mesa.
También debemos nombrar como un gran consolidador de este producto a C. Ritz empresario hotelero y gran restaurador que introdujo el caviar como un producto esencial de la alta cocina.
1 comentario
Hugo Rubio dice:
Me ha resultado muy interesante el artículo. Gracias y comparto.
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